“No se canonizan ideas sino vidas…”
“ Los santos son respuestas de arriba a las preguntas de abajo…”
“El Santuario tiene que ser una cuna de santidad para muchos…”
Ya se han cumplido todos los requisitos de la etapa diocesana del proceso de canonización del Padre José Kentenich, fundador del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, y se espera que en los próximos meses se puedan concluir las tareas, muchas de ellas de orden técnico, de manera que la documentación pueda enviarse a Roma para iniciar la segunda etapa, que es la definitoria. Así lo indicó el postulador de la causa, el padre Ángel Strada, quien lleva adelante el proceso del padre Kentenich desde el 20 de enero de 1997 y es también postulador de la causa de Mario Hiriart, un laico chileno perteneciente al Movimiento y cuyo proceso ya se encuentra en Roma.
En una entrevista publicada en el sitio web del Movimiento de Schoenstatt en la Argentina: www.schoenstatt.wordpress.com, el padre Strada comentó cómo está actualmente el proceso del fundador, los pasos que se debieron seguir y cómo mantener vivo el interés por su canonización.
El proceso de canonización
En primer lugar, explicó en qué consiste un proceso de canonización, que “es el procedimiento legislado por la Iglesia católica para verificar la santidad de una persona y reconocerla como modelo de vida según el evangelio e intercesora ante Dios, autorizando el culto litúrgico en su memoria”.
“En la actualidad, según la legislación vigente desde 1983, consiste en dos etapas. La primera es informativa y se realiza en la diócesis donde la persona murió. Consiste principalmente en la toma de declaración de los testigos – a favor y en contra – y en la recolección de todo el material que sirva para investigar su vida y su heroicidad de virtudes. La segunda etapa en Roma es definitoria. La Congregación para las causas de los santos evalúa toda la información recibida y con la ayuda del juicio de ocho teólogos y de ocho obispos y cardenales llega a una conclusión que presenta al Santo Padre. En el caso de los confesores se inicia después el tratamiento del proceso de milagro, cuya primera etapa se la realiza en la diócesis donde ha tenido lugar. En el caso de los mártires no se requiere un milagro para la beatificación.
El estado actual de la causa
Tras recordar que la causa del padre Kentenich fue iniciada el 10 de febrero de 1975, seis años después de su fallecimiento, por pedido de la Presidencia internacional de Schoenstatt, detalló cuál es el estado en que se encuentra actualmente:
“Ya se han cumplido todos los requisitos de la etapa diocesana: la declaración de testigos, el examen de los escritos editados, la recolección y evaluación de los escritos no editados, la documentación sobre la fama de santidad, la declaración de no culto litúrgico, etc. En este último tramo, debido al cúmulo de trabajo del delegado diocesano por ser simultáneamente vicario general de la diócesis de Tréveris, la causa ha estado un tanto demorada. Tanto él como el nuevo obispo, monseñor (Stephan) Ackermann, han manifestado explícitamente la voluntad de que en los próximos meses se puedan concluir las tareas, muchas de ellas de orden técnico: numeración de las actas, legalización, confección de índices, etc. Entonces se podrá realizar la sesión de clausura y enviar a Roma toda la documentación”.
Santidad en la vida diaria y milagro
Al informar que “se han catalogado alrededor de 29.000 escritos (cartas del y cartas al o sobre el P. Kentenich, conferencias, homilías, estudios, apuntes, etc.)”, sostuvo que “testimonian su autoridad moral y su fama de santidad, dado que ellas motivaron a tantas personas a guardar como un tesoro la carta recibida o los apuntes tomados en una conferencia”. De todas maneras, consideró que “es bueno destacar que el examen de los escritos no constituye el tema central de un proceso. ‘No se canonizan ideas sino vidas’, escuché decir a un perito. Lo más decisivo es la existencia concreta de la persona y las huellas de su seguimiento incondicional de Jesucristo”.
Otras causas
Hasta el momento, ha concluido la fase diocesana de los procesos de varios hijos e hijas espirituales del padre Kentenich, como los de José Engling, Joao Pozzobon, Hna. Maria Emilie y Mario Hiriart. Al ser consultado sobre si esto influye en el proceso del fundador, expresó:
“Creo que es muy significativo que junto a su causa de canonización estén en marcha causas de discípulos suyos. Todas hacen manifiesta la fecundidad del carisma del fundador. Y que el Espíritu Santo quiso regalar en Schoenstatt un camino nuevo de santidad en la Iglesia. Hay caminos sumamente fecundos y reconocidos, los abiertos por Benito de Nurcia, por Francisco de Asís, por Teresa de Ávila, por Ignacio de Loyola… Han regalado a la Iglesia y a la humanidad figuras insignes. El camino abierto por el P. Kentenich comienza a estar avalado por las diferentes causas de canonización. Es de desear que todas concluyan con el reconocimiento de la santidad, tanto del fundador como de sus discípulos”.
Mantener vivo el interés
En cuanto a cómo se logra que después de más de 30 años de proceso se mantenga vivo el interés de la Familia de Schoenstatt, el padre Strada subrayó que este interés “Se manifiesta de múltiples modos: la oración por la beatificación, el rezo de novenas, la ayuda financiera, el interés por la marcha del proceso, encuentros y jornadas con este tema, etc. De muchos países peregrinan personas al santuario original y a la tumba del Padre, visitan la Casa Padre Kentenich y la Casa de formación de las Hermanas donde vivió sus últimos tres años. En casi todos los centros del Movimiento en todo el mundo se han erigido memoriales o lugares de encuentro con el P. Kentenich. Estas y muchas otras manifestaciones expresan que la persona del fundador permanece viva en su fundación”.
Texto publicado por Aica el 19 de febrero 2010
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